Últimamente, muchos jugadores de la NBA, utilizan una frase como máxima: " El trabajo supera al talento, si el talento no trabaja lo suficiente". Esta frase sintetiza muy bien lo que significa el deporte, en general, y el deporte de élite, en particular. El Barça de Ronald Koeman, intenta llevar a cabo esta máxima desde que el entrenador holandés cogió las riendas del equipo. Con la llegada del año nuevo, este esperanzador 2021, parecía que el Barça había cogido la senda del buen camino, con una esperanzadora racha de victorias que hacía volver a soñar a sus seguidores con la posibilidad de volver a ser campeones. Todo el equipo remaba en la misma dirección, trabajando en equipo y, en cuánto aparecía el talento abundante de la plantilla, las victorias llegaban una tras otra.
Uno de los maestros de Koeman, el gran Johan Cruyff, decía que lo difícil no era llegar a la élite sino mantenerse en ella. Y al Barça de los últimos tiempos le cuesta horrores mantenerse en la élite, debido a que su gran estrella cuándo trabaja es el mejor jugador del mundo y cuándo sólo tira de su talento, no le llega para estar entre los mejores.
Si repasamos los mejores equipos del mundo de las últimas décadas y la influencia de sus respectivos líderes:
Maradona lideró a una Argentina no muy talentosa, pero muy trabajadora en el Mundial de Mexico de 1986. En Italia 90, Lothar Matthaus, talentoso e incansable en el medio del campo, catapultó a su selección a lo más alto. El Brasil de 1994 volvió a ser campeón del mundo, un cuarto de siglo después, gracias a un equipo en el que el trabajo, el hambre y por último el talento, eran sus señas de identidad, y eso que contaban con la excepción que confirma la regla de trabajo y talento: Romario de Souza, quizás el mayor talento del fútbol que menos trabajo ha necesitado para triunfar en la élite. Eso sí, en USA 94 dió el callo.
Continuando con la Francia del 98, un equipo con un gran equilibrio entre el trabajo y el talento, con su líder, Zinedine Zidane como posiblemente el jugador más talentoso que más ha sudado en la historia. Le siguió Brasil en el 2002, con superestrellas como Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho, en el zenit de sus carreras, en el que sus respectivos talentos explotaron gracias al trabajo que habían realizado en los años anteriores. El más joven de todos, Ronaldinho, en cuanto dejó de trabajar, su enorme talento no le sirvió para continuar en la élite y, el que podía haber sido el mejor de la historia, continuó jugando sólo para divertirse.
Con la Italia campeona del mundo en 2006, el trabajo, sobretodo en equipo, llega a sus máxima expresión, pues, pese a contar con jugadores con mucho talento, superó a otros equipos que tenían más talento. La consideración de mejor jugador del mundo en ese año para Fabio Cannavaro lo dice todo. Ya en 2010, España consigue por fin ser la mejor del mundo, gracias a la combinación perfecta de trabajo y talento, que la convierte en un equipo muy difícil de vencer y que puede ganar a cualquiera. Don Andrés Iniesta e Iker Casillas, son grandes ejemplos de superación personal, talento y ángel o magia, como quieran llamarle.
Por último, la Alemania de 2014, arrasando a Brasil en su casa en las semifinales, con varios líderes supertalentosos y supertrabajadores como Muller, Lahm, Kross o Schweinsteiger, que se convierten en un superequipo tomando como referencia la España de 2010, dándole un toque alemán y con Guardiola entrenando a su columna vertebral en el Bayern. Hay que recordar que en la final vencen a la Argentina de Messi. Terminamos con la Francia de 2018, también combinación de mucho trabajo y talento. Griezmann y Mbappe como líderes talentosos y currantes.
Si una de las labores más difíciles de un entrenador es construir un equipo de verdad y sacar el máximo de todos sus jugadores a través del trabajo y la superación personal, cuándo el líder del equipo no tiene una continuidad en el trabajo, deja de ser el líder, pues deja de dar ejemplo al resto de sus compañeros, entonces es prácticamente imposible que el el entrenador llegue a alcanzar el éxito en su trabajo de construir un equipo y sacar el máximo de sus jugadores.